Las clases comienzan y con ellas se instala un huésped no deseado en las cabezas de nuestros hijos: ¡los piojos! Además de carpetas, cuadernos, libros y herramientas diversas, debe haber una serie de artículos para la caza. El CONICET ha desarrollado un producto orgánico para la eliminación segura de estos parásitos y sus liendres.
El control químico de la pediculosis comenzó en 1943 con el DDT y continuó en el mundo con insecticidas clorados, organofosforados, carbamatos y piretroides, todos altamente tóxicos y que además desarrollan una resistencia tenaz contra estos pequeños parásitos. Según el CONICET, en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, la mitad de niñas y niños en edad escolar sufren de pediculosis.
La investigación mostró que los piojos resistentes a la permetrina también habían desarrollado una alta resistencia a los insecticidas piretroides. ‘Lo que complicó aún más la situación frente a la escasa disponibilidad de componentes alternativos de baja toxicidad que sean eficaces’, dijo María Inés Picollo, investigadora de CONICET - CIPEIN. (http://bit.ly/i1NSOZ)
A partir de estos antecedentes, un equipo de investigadores de la división de ‘Entomología del Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas’ (CONICET - CITEFA) analizaron estrategias alternativas.
‘La investigación se ha centrado en los componentes que atacan a la fisiología de la cutícula de los piojos, ricos en grasas y cuyas estructuras permiten el intercambio de gases respiratorios entre los insectos y el medio ambiente’, dijo la Dra. Picollo. Los componentes detectados, se dispersan rápidamente en la cutícula de los insectos, alterando su permeabilidad, que al bloquear su sistema respiratorio, producen asfixia y deshidratación. Las pruebas han dado resultados excelentes para el control no sólo de los piojos, sino también de las liendres.
Los resultados de la investigación fueron transferidos a una empresa farmacéutica especializada, que ha desarrollado un producto orgánico para el tratamiento de la pediculosis, basada en un alcohol derivado del ácido graso del aceite de coco y aceites esenciales (eucalipto y limón).
El control químico de la pediculosis comenzó en 1943 con el DDT y continuó en el mundo con insecticidas clorados, organofosforados, carbamatos y piretroides, todos altamente tóxicos y que además desarrollan una resistencia tenaz contra estos pequeños parásitos. Según el CONICET, en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, la mitad de niñas y niños en edad escolar sufren de pediculosis.
La investigación mostró que los piojos resistentes a la permetrina también habían desarrollado una alta resistencia a los insecticidas piretroides. ‘Lo que complicó aún más la situación frente a la escasa disponibilidad de componentes alternativos de baja toxicidad que sean eficaces’, dijo María Inés Picollo, investigadora de CONICET - CIPEIN. (http://bit.ly/i1NSOZ)
A partir de estos antecedentes, un equipo de investigadores de la división de ‘Entomología del Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas’ (CONICET - CITEFA) analizaron estrategias alternativas.
‘La investigación se ha centrado en los componentes que atacan a la fisiología de la cutícula de los piojos, ricos en grasas y cuyas estructuras permiten el intercambio de gases respiratorios entre los insectos y el medio ambiente’, dijo la Dra. Picollo. Los componentes detectados, se dispersan rápidamente en la cutícula de los insectos, alterando su permeabilidad, que al bloquear su sistema respiratorio, producen asfixia y deshidratación. Las pruebas han dado resultados excelentes para el control no sólo de los piojos, sino también de las liendres.
Los resultados de la investigación fueron transferidos a una empresa farmacéutica especializada, que ha desarrollado un producto orgánico para el tratamiento de la pediculosis, basada en un alcohol derivado del ácido graso del aceite de coco y aceites esenciales (eucalipto y limón).
No hay comentarios:
Publicar un comentario